El Baluarte de Canido: Capítulo II

El Baluarte actual, era para nosotros el lugar donde hacíamos las "batallas" a pedradas, entre los "chavales" de la Puerta de Canido y los de Las Cangrexeiras y calle Alegre.

En este nuevo baluarte (que no tiene nada que ver con el que os relaté en mi anterior escrito) solo había un trozo de muralla el resto era un arribón de tierra, que el primero que llegaba tenía muchas posibilidades de ganar la "batalla". Al final ,algunos con heridas leves, jugábamos la partida a la pelota, todos mezclados unos con otros.

El "campo" de fútbol comprendía el largo de la muralla del cementerio, (hoy Iglesia de San Rosendo), y la explanada que hoy es la calle Navegantes, desde donde comienza la avenida nueva, hasta la explanada del IES. Nos comentaban los mayores que aquella muralla tenía su historia triste, porque los franquistas-falangistas ejecutaban a los que eran contrarios a sus "ideas".

El cementerio era para nosotros los chavales de Cangrexeiras (Seiño, Chemari,LucoVituco y yo mismo), quedan más sin nombrar pero es que éstos eramos la camarilla que aún hoy conservamos la amistad de antes, una fuente de ingresos, ya que cuando se acercaba la fecha de Difuntos traíamos de Copacabana xabre,  arena, conchas y nos dedicábamos a arreglar las sepulturas a las personas mayores, previo pago, cuyo importe ya estaba estipulado en convenio y que no nos podíamos salir de él.

Ni que decir tiene que cuando caía una pelota dentro del cementerio y era después de las seis, hora en que se cerraba el Campo Santo, allí quedaba, pues el miedo era libre y no había gue....a entrar, siempre había algún valiente, pero no era mi caso.

Otra de las fuentes de ingresos pa nosotros (teníamos ocho nueve años, no mas), era LA ESTERCOLERA. La pongo con mayúsculas porque sé que hay mucha gente que no conocía que a continuaciópn de la muralla del IES, y después de la calle Celso Emilio Ferreiro hacia Baterías, y antes de llegar al Baluarte antiguo, la basura de Ferrol era transportada y dejada en esa zona. Como vulgarmente se decía vamos al "rapateo". Con lo que amañábamos, cobre, metal hierro, plomo o cualqueir cosa que se pudiera vender, nos acercábamos a la chatarrería que había en la calle San Diego al lado de la peluquería de Paco. Con el dinero recaudado, sobre todo los viernes que era día del espectador, nos ibamos al Rena, setenta centimos de peseta nos costaba, siempre y cuando la película no fuera catalogada de mayores.
En aquella época los colegios que había en el barrio, eran públicos, estaban situados en Los Cuartelillos, lo que hoy son los juzgados y en la calle Alonso López. Eran de niños y niñas, pero separados. El profesor de Alonso López era don Ramón y el colegio estaba situado donde después fue la Iglesia de Santa Cruz, el de las niñas un poco mas hacia el Crucero, la profesora era Mª Dolores Salazar (conocida por, y esto es sin ánimo de ofender "Pisagüevos"). Además de éstos colegios, teníamos lo que hoy llamaríamos "guarderías".En la calle Alegre, en los Ranchos, enfrente Mercadona, mas o menos estaba ANGELITA, su nombre no concuerda con su actitud. Era una mujer "mistica y enseñante. Lo primero porque cuando no daba clase, estaba rezando en San Julián y de lo segundo aplicaba el cuento de que LA LETRA CON SANGRE ENTRA, porque tenía una especie de "látigos" de cuero y llevabas cada correazo como no te portaras bien que no veas. En la Puerta de Canido, también había otras dos "guarderías" una la regentaba la Madre Luaces, (había sido monja) y la otra por Geluca.
Las calles del barrio eran de tierra, cuando llovía los caballos y los carros que traían los víveres a las tiendas del Clavel, La Palma, El Gorro etc.,se enterraban y no podían moverse, ahí fue donde aprendí lo que quería decir "juras mas que un carretero". Las personas calzabamos zuecos o zocas (as mulleres). Estos artículos los comprábamos en la feria que había en El Crucero, donde además se vendían piñas para encender el fuego, ropa productos de las huertas, era como un mercadillo de los de ahora con productos de antes.
Otra de las diversiones era cuando al Crucero venía un Teatrillo. Teníamos que llevar las sillas, bancos o lo que fuera para coger sitio a nuestros abuelos y padres, nosotros nos tirabamos en el suelo delante de todos. Estos artistas pedían la colaboración del público para actuar, mientras ellos pasaban la "bandeja", que era de donde sacaban el sueldo. Yo siempre salía a cantar (por Pepe Blanco) que era el cantante de moda. Y había otro artista novel fijo, Manel Seoane, que ponía el relax a la noche recitando poesías, todo el mundo es silencio escuchando a Manel.
En la próxima os contaré como nos lió D. Gabriel para hacer las fiestas un año en que nadie se quería comprometer. Eso será otro día. 

Opa Canido

Quichis 

Comentarios

  1. ALGUNA FOTO DE LA TIENDA DE EL GORRO ?
    POR FAVOR , SI TENEIS ALGUNA PUBLICARLA

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